CDs, DVDspendrives, discos duros, la nube…Si quieres que tus documentos, imágenes y vídeos duren para siempre, ¿dónde los guardas?. Mucho se ha escrito sobre esto. La constante evolución de los tipos de soportes nos abre nuevas posibilidades. Veámoslas.

La irrupción en el mercado del popular CD, hace ya varios decenios, dibujaba un panorama alentador. Parencía ser el medio definitivo, ajeno a los problemas de electromecánica a los que están sujetos los discos duros. Lo cierto es que el CD como su variante evolutiva posterior y de mayor capacidad, el DVD, tampoco están ajenos a deterioro con el tiempo. Deben darse condiciones óptimas de conservación del disco para que éste resulte fiable y que, una información que hemos archivado hace, digamos, diez años, pueda recuperarse con total garantía en su mismo estado. La temperatura y la humedad pueden deteriorar a CDs y DVDs. No. No son el medio definitivo si queremos conservar información permanentemente, si es que el «para siempre» existe en materia de almacenamiento digital.

Los discos duros magnéticos, los que usan la mayoría de ordenadores se presentaron siempre como un recurso para el almacenamiento masivo de datos. Sin embargo, al incluir mecánica, se incrementa el riesgo de pérdida de información o de imposibilidad de acceso a datos por rotura de alguno de sus componentes.

Desde no hace mucho empiezan a abrirse hueco en el mercado los denominados discos de estado sólido (SSD, solid-state disks). Su rendimiento en términos de velocidad de lectura y escritura es el mejor, y cuando no son sometidos a una actividad muy frecuente, pueden ser una buena opción para garantizar la perdurabilidad en el tiempo.

Por su parte, los populares pendrives tienen el inconveniente principal de que pueden ser extraviados con suma facilidad. Como recurso para el almacenamiento están bien, pero conviene sólo usarlos para llevar datos de un lado a otro (antes de que los perdamos). No consideres este recurso como lugar para el hospedaje de archivos que quieras recuperar dentro de unos cuantos años.

Los discos Blue-Ray, popularizados por las consolas de videojuegos, se presentan también como una interesante alternativa. Son una evolución de los DVDs, aunque pudiendo llegar a capacidades de almacenamiento de entre 25 y 128GB, dependiendo de si son single-layer, dual-layer o BDXL. Con esta enorme capacidad, y unos materiales ligeramente distintos a los empleados para construir los CDs y los DVDs, son posiblemente la mejor alternativa. Un disco Blue-Ray de buena calidad, conservado en condiciones idales de temperatura y humedad y guardado en su caja, puede llegar a tener una vida de 50 años.

Ya dentro del mundo empresarial, suelen usarse las cintas del tipo LTO. Son un soporte magnético conceptualmente similar a las cintas tipo cassette. Se suministran en formato cartucho, pudiendo almacenar hasta 2.5 TB de información. Si sólo se trata de almacenar y la cinta no va a ser sometida a actividad frecuente, son una buena opción, con una duración media de entre 15 a 30 años.

¿Y la nube? La nube no es un soporte en sí. Las empresas que prestan servicio de almacenamiento masivo para archivado y conservación, usan alguno de los soportes que hemos descrito. Por otro lado, el coste de almacenamiento irá subiendo a medida que incorporamos más datos a nuestro servicio. A esto hay que añadir que conservar archivos en un sitio ajeno no siempre es algo que inspire tranquilidad.

Pero más allá del tipo de soporte, magnético, óptico, en la nube o no, la mejor manera de hacer que la información sea para siempre es hacer copias de seguridad. La definición de una estrategia de copias es lo mejor que se puede hacer. Podemos, por ejemplo, almacenar en algún medio óptico, como DVDs o discos Blue-Ray y almacenar lo mismo en otro tipo de soporte, como cinta o discos duros. Conviene, igualmente, hacer copias de la información almacenada en cada uno de los soportes pasados unos años, verificando la integridad de los datos (todos los programas de copias lo hacen), y sustituyendo los soportes por otros nuevos.